Ricardo Plazas entró en el estudio,
se colocó delante del espejo y tras un instante
se colocó delante del espejo y tras un instante
reveló que cada mañana el tenía la misma sensación...
No hay reflejo de uno.
No hay reflejo de uno.
En este espejo solo se mira el tiempo.
Fragmento I
Fragmento II
Fragmento III